"La belleza es instante", me dijo el Diente de León.
He caminado mucho y hoy, sin querer, me encontré todo un reino de estas florecillas en la semipenumbra de un bosque. Entendí entonces aquella frase. Ciertamente, es la belleza en su preciso instante, y nada más. No tiene sentido sentarse a hablar de eternidades con un Diente de León, como no tiene sentido preguntarle a una célula por la totalidad de la masa corporal.
Un instante es un parpadeo,
el revoloteo de un insecto,
el rasguño de células muertas,
y la eternidad... la eternidad,
no es más que un cúmulo
de instantes.
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